Una de las dudas más frecuentes, y de las cosas que más me preguntan cuando hablo de impresión 3D, es lo que sucederá con la propiedad intelectual, las licencias, el copyright y esas cosas. De hecho, la batalla por las licencias es algo que lleva más tiempo del que pensamos en los tribunales, aunque sea la SGAE, Napster y los derechos sobre la música que solemos escuchar en la radio, o compartir en la red, lo que más  ha contribuido a sacar esta polémica a la luz.
Por eso, cuando esta mañana he leído un artículo en 3D Printing Industry, escrito por una abogada especializada en la materia, he pensado que sería interesante traducirla, y transladar el debate a este blog.